martes, 21 de diciembre de 2010





Cuando la vida pasa como un tren,
y no te das cuenta de lo que hay alrededor,
como no te das cuenta de la gente del vagón.

Cuando sientes la angustia dentro del túnel,
cuando ves la luz del tren acercarse,
y sin apenas alargar el brazo puedes tocarlo.

Cuando se mezcla aire, luz, olor, miedo, adrenalina...
Y aprovechas esa milésima de segundo
que parece una vida eterna.

Y gritas...
Cuando el grito sale de lo más profundo de tus entrañas.
Y sólo tú sabes que estás gritando...

Porque nadie te ve en la penumbra.
Porque nadie te escucha en el rugir del motor.
Y simplemente eres tú contra el gigante...

Cuando te das cuenta de que ese gran tren es tu vida.
Cuando ves tu vida desde fuera.
Cuando ves las demás vidas como pasajeros que se van.

Y al final...¿qué te queda?
Soledad, pasión, recuerdos...gritos.



viernes, 17 de diciembre de 2010

Hay mañanas que me levanto filosófica, o algo así.

Por ejemplo hace un par de días. Me levanté tarde. No llegaba a clase. Y pensé: " Tengo dos opciones: uno, hacer todo a toda hostia, correr, coger el bus y llegar 15 minutos tarde a clase, que bueno, no es mucho; o dos, desayunar tranquilamente, darme una ducha e irme a clase con calma".
Asi que, como todos haríais, escogí la opción dos.
Me puse musiquita, levanté las persiana y entró el Sol. Entonces recordé a un tronado que conocí el otro día, que me hablaba del Tao. Me acordé del fluir del agua y del viento. Me acordé de todo lo que sé sobre la filosofía oriental taoista.

Asi que me fui a la librería del mejor de los taoistas independientes que conozco ( mi padre) y escogí un libro. Se llamaba "El seguir del Tao". Son meditaciones de un taoista del Siglo XXVIII. Me leí parte del libro en el bus, de camino a clase...

Estuve toda la mañana dándole vueltas a mil cosas.

Para no dejar de lado mi semana filosófica, hoy me he cogido otro libro que tengo desde hace tiempo, y que es sobre las enseñanzas de un gurú de Sudamerica. Con mi mente ya más abierta, lo he entendido mejor que el taoista. También porque es más claro, menos metafórico y menos literario.

Pero me he dado cuenta de algo fundamental: ya sea en Perú o en China, ambas filosofías persiguen un mismo camino:
Enseñar a la gente a pensar por sí mismos. A negar el hecho de que somos un ego simple y sin decisión. A aceptar la naturaleza que nos rodea, la naturaleza que nos forma, y así aceptarnos a nosotros mismos. Esto nos lleva a un estado en el que la mente y el corazón se abren. Aprender a no enturbiar lo que realmente eres. Aprender a ver una realidad que la gente que no para a pensarlo no ve.
Entre otras miles de cosas, te dan a entender que lo esencial y la esencia de cada uno se puede manchar (como ocurre con la mayoria) con avaricias, codicias y penas injustificadas del mundo cotidiano. Pero si tu mente está libre de todas esas cosas, la armonía y el equilibrio contigo mismo y con tu alrededor llega a su máximo esplendor, aunque sea en situaciones casi incontrolables.

La verdad que ahora mismo tengo muchas cosas en la cabeza, muchas ideas, muchas aclaraciones y muchas metas mentales que conseguir, y están todas mezcladas. Pero luego me paro y pienso: ¿realmente quiero controlar mi mente? ¿realmente soy lo suficientemente fuerte como para lograr cambiar todas esas cosas que me estorban y me enturbian?
Si os digo la verdad... creo que sí que puedo. Es más, todos podemos hacerlo si queremos de verdad. Lo que es realmente difícil es saber compaginar la vida actual y frenética de la sociedad en la que vivimos con la vida de liberación mental que queremos conseguir...

Pero como decía mi abuela: pasito a pasito...se hace el caminito.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Lo bueno de noches así, es simple.
Tan simple como sentirte bien contigo mismo.
Tan simple como saber que lo hiciste bien.
Tan simple como dejar los arrepentimientos al otro lado de la ventana.

Siempre quedan dudas y excusas,
pero ahora eso no es lo importante.
Lo único que pasa por tu cabeza es aquello que te hace sonreir.

¿La razón? Aún no la sabes.
¿Pero acaso todo debe tener un motivo?

Cabeza tranquila, cuerpo cansado, alma limpia.
¿Qué más necesitas?

No escondes nada, eres un simple cristal.
La sinceridad de tus ojos lo dicen.
La pureza de tu sonrisa te delata.

Y te sientes bien,
Te sientes... a gusto.

Eres tú, sólo tú, exclusivamente tú.
Tus sentimientos, tus pensamientos, tus hechos.
Esta noche no se pelean,
esta noche te dan tregua.

Y lo mejor es saber, que mañana será distinto.
Mañana un nuevo desafío,
otro reto,
otra tú.

Noches en las que la Luna te mira, te sonríe y te guiña.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Soledad

¡Qué buena soledad cuando la necesitas!

En soledad, los únicos pensamientos que pasan por la cabeza son los que necesito. Para estar en paz, estar tranquila y encontrarme a mi misma una y otra vez.

Mi querida y ansiada soledad... quedate hoy aqui, que me busco, me encuentro y me vuelvo a buscar...